jueves, 16 de agosto de 2007

¡A MUERTE!

CONSEJOS PARA DESHACERSE DE PERSONAJES MOLESTOS.

Como he comentado en otro artículo (¡Que plasta de ti@!), todos hemos sufrido la presencia de un jugador y/o personaje muy molesto en nuestras partidas. Todos sabemos cómo reconocerlos, pero… ¿Cómo deshacernos de ellos?

En primer lugar, hay que dejar las cosas claras. Si el que te molesta es el jugador, díselo claramente, pero sin pasarte. No es necesario que le insultes, ni que te pases con él. Sencillamente explícale la situación y dile que entorpece el ritmo de la partida. Como master, eres el responsable del buen funcionamiento de la partida y es tu deber asegurarte de que todos se comportan de forma que la partida sea interesante.
En caso de que siga haciendo las mismas chorradas que te paran la partida o rompen la ambientación, aplica las consecuencias lógicas de sus acciones: si saquea la armería, debería enfrentarse a la guardia del pueblo, si sale corriendo en vez de librar a un ancianito indefenso de unos ladrones… bueno, puede que no fuera tan indefenso, sino un poderoso mago que después de cargarse a los ladrones vaya tras él con la sana intención de hacerle puré todos los huesos.
Si aún así continúa en esa actitud deberías hacer que la partida fuera lo más horrible posible para él: haz que se pierda, que le hechicen, que caiga en todas las trampas… Sise cabrea contigo, explícale con una encantadora y maligna sonrisa que tú eres el master y que la partida tiene que seguir su curso.
Pero los hay que ni aún así aprenden.
En ese caso sólo queda una solución: no vuelvas a invitarle a una partida, hasta que madure.

Otra circunstancia que sucede a menudo es que tus jugadores se hacen personajes que llegan a ser excesivamente fuertes, tanto que pierde la gracia seguir jugando con ellos. Para estos casos, lo primero es que te conciencies que, casi seguro, es culpa tuya. Si les recompensas con demasiados puntos de experiencia o si les das objetos mágicos demasiado poderosos, contribuyes a su desarrollo desmedido. Así que modérate un poco con eso y las cosas se tranquilizarán.
Si eso no funciona, te sugiero que empieces a matar a esos personajes sin remordimientos. Un buen truco para eso es ser grotescamente excesivo. Sé imaginativo. Asegúrate de que se enfrenten siempre a guerreros expertos y bien armados. Dales a los malos amuletos mágicos, armas mágicas. Ponlos muy por encima de tus jugadores. Si tus jugadores se pierden en un bosque, haz que sea la guarida de un dragón o una criatura parecida y si no… haz que se pierdan. Como master, tu palabra es ley y tu poder absoluto. Además, verás como tus partidas mejoran si tus jugadores sienten el peligro y temen por sus personajes.
En caso de que aún así no lograras deshacerte de ellos (se funden a los experimentados guerreros, matan al dragón como quién se lava…),aún queda una opción muy divertida. Llama a un amiguete con el que no soláis jugar y pídele, en secreto, que juegue una partida y sea un traidor. Además de ser un giro de guión muy interesante en tu partida, estará en la posición perfecta para deslizar un veneno en la bebida del resto de personajes, hundirles un puñal en las costillas mientras duerme o algo así. Los jugadores normalmente están más pendientes de los Pnj’s que de sus propios compañeros, así que será fácil.
Esto lo digo por experiencia. Yo mismo usé este truco para librarme de un personaje que era demasiado fuerte y cuyo jugador ya me estaba hinchando las narices. Le pedí al novio de mi hermana que jugara una partida y se librara de ese personaje, al que llamaremos D (por el jugador que lo llevaba). Los llevé a una posada en un día encantador y dejé que pasaran toda el día de juerga. Por la noche, mi cuñaete reveló ser un bandido, avisó a sus hombres -que estaban en la habitación de al lado- y aprovechó para matar a D… Lo malo es que D gritó, despertó a sus compañeros y comenzó un batalla (inolvidable el duelo a espada en los establos XD) que acabó con todos los Pj’s -menos el novio de mi hermana- muertos y con D sin cabeza, en un charco de meado de caballo.
Tal vez mi cuñado se pasó un poco, es cierto, pero los personajes que se hicieron después de esos fueron mucho más equilibrados, por lo que el truco funcionó. Tuvimos que aguantar el resentimiento de D un tiempo, pero no pasó nada grave (después de todo, se lo había buscado él mismo) y seguimos jugando como siempre.

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